jueves, 30 de enero de 2014
VI CARRERA POPULAR DE RIOPAR
Un domingo de invierno, que parecía casi de primavera por la luz que irradiaba el sol en las sierras albaceteñas del Segura, nos dirigimos a recoger los dorsales de la temida carrera de montaña, por su arduo trazado y abrupto perfil, de Ríopar. El pequeño pueblo, oscuro y fantasmagórico días atrás, rebosaba una vitalidad extraordinaria que desprendían los corredores, llegados de todos los lares de las tierras de la llanura y locales, ávidos de enfrentarse a su reto.
La salida fue un tanto tumultuosa, al agolparse los runners en la plaza del ayuntamiento (escueta para más de 600 participantes), y el inicio de la carrera que se vislumbraba abarcable se convirtió en problemático: tuvimos más de tres kilómetros de verdadera montaña (desde el transcurso del kilómetro y medio hasta el quinto kilómetro): cuestas y cuestas, más cuestas, más repechos, más requiebros entre trialeras, sendas y caminos casi infernales de rebasarlos, que hacían que el ritmo lento, de caminante, de andarín machacado y de senderista cubriera al corredor; que, sin embargo, podría disfrutar de lo frondoso de ese paisaje montañoso: pinos imponentes, arbustos medios, maleza y aire puro (para quien podía respirar, jajaja!).
Abalanzados al avituallamiento en el ecuador del trazado, comenzó la bajada, peligrosa por los charcos, el fango, los cantos de guijarros, las ramas esparcidas por doquier y algún que otro diminuto arroyo e increíblemente bonita por visualizar el valle y este paisaje precioso de este parque natural, los Calares del Río Mundo. Antes de llegar al último kilómetro volvimos al pueblo y al asfalto para dar el último do de pecho, con el empuje del público, muchos de ellos y ellas conocidos, como Rosi y Bea y sus habituales gritos de ánimo, y para llegar a la meta en la citada plaza del ayuntamiento. Algunos entramos con cara de "darlo todo", jajaja, otros con rostro de satisfacción y otros dos, Ramón y Juan Ramón, colmados de júbilo, portando en brazos a un futuro miembro del club, promesa baby-junior, que ahora es nadador pero que será también corredor, Marcos Molina Parra.
El avituallamiento final fue totalmente pingüe, solo botellas de agua y churros con chocolate, que verdaderamente apetecían poco pasadas las 13h, y algo de fruta, muesli y bebida isotónica (para quien las tuviera cerca!) que nos entregaron en una bolsa al acreditarnos y que tuvimos que guardar y abrir ya muy tarde. Por tanto, un tirón de orejas para la organización: la salida conviene hacerla en una de las calles centrales de Riopar nuevo y al final tener todo el avituallamiento en mano. Todo lo demás perfecto. Esta carrera comienza a tener eco fuera de este circuito y de La Mancha.
En fin, 10 kilómetros y 300 metros muy diversos: asfalto-llano, trialera, senda y camino de montaña-subida dura y bajada larga y atractiva, y carretera-local. Una carrera para disfrutar de la naturaleza, de los paisajes de altura y re-econtrarse con lo excelso de las montañas. Una experiencia que nos hace estar deseando volver al año próximo, probablemente con más corredores del club y con mas amigos de aquí y de allí y, sobre todo, con menos chuletas, panceta, forro, cervezas, vino, dulces...., de los días previos de la carrera, como los que nos "metimos" en una casa rural con la familia Parra-Villaescusa. Algunos se volvieron a la capital de la llanura y otros a la casa rural (a seguir comiendo chuletas y más chuletas de cordero, que nos lo digan a Javi, Ramóm, Juan Ramón y a mi, jajaja!), pero todos henchidos de alegría al pasear los colores amarillo y azul del club por las tierras riopenses de las serranías alcaraceñas y al sacar el orgullo sapenco por parte de los 11 corredores/as del equipo de "el reino de la patata".
Agradecer a todos, David, Javi, Ángel, José Andrés, Juani, Víctor y especialmente al presi Juan Carlos por las palabras de ánimo y los consejos sobre el trazado, y a Juan Ramón y Ramón por hacernos de cicerones. Una verdadera satisfacción debutar, ahora si oficialmente, aunque ya habíamos corrido con el club y con camisetas del mismo, con y en el equipo sapenco en esta carrera inolvidable.
Volveremos pronto!, !Viva El Salobral!.
Fdo: Miriam Parra Villaescusa y Leonardo Soler Milla