Riópar ha
sido mi primera carrera de montaña ya que el año pasado no tenía la edad que
marca el reglamento para correrla, y tengo que decir que el estreno me encantó.
La mayoría del trazado estaba tapado por la nieve con algunos lugares
peligrosos por el hielo, pero el recorrido fue precioso con algunos tramos en
los que podías escuchar el agua correr pero otros en los que tenías que meter
la pierna en el barro hasta el tobillo... Con el pistoletazo de salida girabas
a la izquierda y solo con ver esa cuesta dentro del pueblo ya te imaginabas lo
que te iba a esperar fuera de él. La asistencia a la carrera fue notable ya que
había más de 600 personas inscritas y la organización calcularía muchas menos
porque en el segundo puesto de agua nos dieron vasos, pero eso sí, caliente no
estaba. Al finalizar la carrera daban una paella, pero seguro que no estaba tan
buena como las migas que nos comimos en el bar. Para terminar, pienso que sin
nieve no me hubiera gustado tanto y el año que viene vuelvo seguro.